Yo tenía una porción de vida.
La expuse y enfrenté ídolos
con ella.
Quedaron luego fantasmas
en mi habitáculo de carne.
Hoy que los veo a los ojos,
no tengo vida alguna
con la que enfrentarlos.
.
Me dice un amigo que uno
no puede estar vacío; que hay que creer
y, en todo caso, crear
un nuevo Dios.
.
A veces tenía aunque sea
un dejo de tristeza o una razón
para estarlo y la misma razón
para combatirlo.
Creí que tanto humo no permitía
ver. Luego, al disiparse, me encontré
en terreno baldío.
lunes, 21 de enero de 2008
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1 comentario:
Quisiera decir que tus palabras llenaron el vacío que me ocupa a mí, pero no lo hicieron, quiza con el tuyo...
Sin embargo, supieron definir como se siente el profundo del vacío que no podía decir, porque con mi corazón también se robaron algunas palabras.
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