jueves, 14 de mayo de 2009

Sepultura y oración

En las horas del acostumbramiento al dolor
de la imagen lágrimas de escombros escupen mis dedos

En el patio, al cuidado del viento
hablo con mi amor que muere en un centro
de atención al cliente
y caigo, muerto por el rayo,
a un páramo de cristales,
a coronar con corona de raíces
un esqueleto cuyos huecos viven las ratas.

(Fluye un río de piedras
Sentado a su vera, aferrado
a los gajos de un cuerpo
con nombre en el pasado,
yuyos azules y maleza roja en derredor
Ahora vivida la amarga pesadilla)

Anillos en mi entrada al mundo,
en mi desvanecer ante el espejo
La cucaracha caminando tu beso
en los huesos de mi cuello.

Fui la vida en el interior de tu forma
minúscula constelación
de estrellas de fuego, y hoy soy
camino y amuletos (libros
y ramas silvestres, la promesa),
la ceniza que embadurna
los picos rotos de las botellas.

Y habré de ir donde me reciban
de tus dedos las yemas sangrantes
el ardor astillado de tus rodillas
luz de nacimiento y muerte en tu vientre
para el barro helado de mis manos.
Sea tu cuerpo cuerpo sobre el mío
y entonces...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo dejar de leerlo...

Anónimo dijo...

...deseando estoy de comprobar cómo continúa... :)

mastronardi dijo...

¡muy, muy bueno!

V dijo...

Alucinante.