lunes, 12 de marzo de 2007

Update 3

Me lo dijo en una de esas
tardes que compartíamos
con los demás
era tan nuestro el árbol
bajo el que nos sentábamos
como si tuviera nuestras iniciales
grabadas a navajazos:
- Me emborracho mucho más fácil con cosas sin mezclar: prefiero dos cervezas antes que diez cubatas.

Hoy es mi rostro
el que busca espejos como sus ojos
para encontrarse en esta ciudad
que por primera vez se me presenta
como un laberinto con sus juegos de luces
en madrugadas de viento helado
y pasos solitarios en las calles.

Todos los nuevos parques, negocios,
calles sin salidas y estudios de tatuajes
son tierra de nadie
y
los pubs, departamentos de amigos,
y bancos de plaza en los que mis labios
estuvieron en sus labios
son iguales a mi habitación:
una cama que ya no guarda ni su calor ni su forma
y mi cuerpo todavía sin dormir a las cinco AM,
veo mis propios ojos rojos reflejados en la ventana.

Con ella amé la nieve que ahora no es más
que la muerte de mis extremidades en mis paseos.

Quise
en los días posteriores a nuestro primer contacto
aferrarme a un corazón nunca mío
y entre sus piernas encontrar
la tierra a la que pertenezco,
pero siendo un amor de invierno
pegada a mí estaba a causa de la escarcha
y mi piel se llevó al separarnos
luego del adiós.

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