miércoles, 9 de febrero de 2011

Eran altos los vientos
traían las voces de tanta nube
y silbaban a los árboles
en ocasiones nos regalaron flores

Así de desnudos, aire del aire
fue que nadie nos vio.

Me detengo, a veces,
queriendo saber por qué
aquí no podemos quedarnos,
si es de este mundo lo que te he dado.

Pero que así está bien, me dice
la flor que me dieron tus pezones.

Te tengo como un sol a mis espaldas
y una sonrisa de noche
que comparte mi esperanza.