Busco en vasos cada vez más fuertes
una salida a todas las horas anteriores al comienzo
de esta noche,
pero encuentro (como si fuera una revelación
vista en mi rostro reflejado en el agua
de hielos derretidos) una realidad
de dientes terriblemente afilados,
como si toda grieta deliberadamente
realizada sobre el barniz de mi piel
fuera no más que fachada para las
vigas podridas que me sostienen.
miércoles, 2 de mayo de 2007
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