lunes, 22 de diciembre de 2008

Irme

Si vuelve el instante del amor con la conciencia del instante,
si el odio sólo es forma cuando se acumula,
si el poema es poema yo prometo:

A ustedes, hijos de puta, el nombre del crimen
que delatan sus cara: exiliar al amor,
hacerlo sobrevivir, roto, en portales y esquinas,
aterido de frío, a salvo sin embargo
en baches cuevas cabello y agua.

No callar me llena de sangre:
recuerdo la nada o unos setos amarillos
desde la ventana de un automóvil
y ya no es allí donde querría quedarme;
no, no cuando de luz ya salvé un instante:
fuerza inmóvil, talismán
en la acumulación de las sombras.

Junto a mi desnudez empuño
armas que ignoro, a pesar
de que mi enemigo tenga nombre
y me guíen manos ciegas ajenas
al lugar donde estoy
(Desde el miedo me dirijo
a la boca que forma mi hogar):
Mundo, terreno de los hombres,
ya no te habito en refugios
atravieso tus trampas
proclamando mi confusión
para no confundirme entre tanta gente
y teniendo como bandera
la porción de vida que de unos pocos
no debiste llevarte.

Sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sé si desear que ese instante se hubiese alargado no sé hasta cuando, o que se quedase "ahi"... ahí quedo de puta madre.
Amor. Joder, y que amor.
En mi recuerdo no se hubiese podido relatar mejor.
Eres increible, genial, un crac, una puta máquina escribiendo, entre otras...