lunes, 27 de julio de 2009

Había algo en esa época del año que le deprimía profundamente; cielos encapotados y viento cortante, la caída de las hojas, el anochecer, oscurecía muy temprano, la noche llegaba antes de que te dieras cuenta. Es el terror. Es la desnudez del alma. Oye el susurro de las palomas. Aquí llega el invierno hasta la médula. Nosotros lo hemos liberado sobre la tierra. Seguramente existe una canción o un poema, alguna magia popular a la que podemos apelar para aliviar este miedo. El hombre de las nieves. Está aquí, en el paisaje y en el cielo. Lo hemos dejado suelto. Abrimos el terreno y aquí está.

DON DELILLO, Libra