domingo, 15 de abril de 2007

Update 4

No será a la noche la hora de la salvación,
pero sólo de noche
puede pensarse en ella.

Como un pétalo
que entró víctima del viento
y adornó la almohada
hueca del peso de la cabeza;
como la única colilla
de los cigarrillos de ella
que todavía queda en el cenicero.

No hay salvación posible
cuando es de noche.
Vasos de plástico rajados
vidrios rotos de botellas
cuando es de noche;
carreras con conductores
duros de cocaína
(jamás se secará la sangre
derramada sobre tapicería o asfalto,
los rascacielos verán su propia luz
en los millones de trozos
en los que se reventó el parabrisas);
cuando es de noche
alguien arde bajo las luces en una discoteca
-su único deseo es fumar, acosados por el viento,
un porro con la chica que le gusta-,
una chica reluce como su copa de ron
mientras su amiga vomita en el baño;
con champagne en habitaciones de hoteles
o con absenta en departamentos okupados
hay manos masculinas de uñas rojas
sobre bocas masculinas de labios rojos
o medias de red sobre otros muslos
también de chica.
Desde el balcón de un octavo piso
alguien contempla todo esto en la noche.
Desde el balcón del octavo piso
alguien piensa en salvarse,
pero sólo la muerte le queda en la noche:
morir ante tanta belleza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://piso-99.blogspot.com/


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Mariot dijo...

¡Me gustó! Igual es raro, porque por un lado lo siento medio inventada toda la ambientación; pero por otro me resulta de tan agradable lectura que prefiero pensarlo y disfrutarlo como una película que juega con su propio género, intentando relucir desde lo clásico.