Éste es mi musculo, digo
sin saber lo que toco.
He matado al amor.
Limé, afilé como lanzas mis huesos
y vos, tan valiente, los has tocado
hasta astillarte los dedos.
Hoy tu maza sobre mi pecho
redujo todo: y de los restos
son los tuyos más puros que los míos.
(Déjame quedármelos, no me los pidas
Haré de ellos una flor en mi garganta)
Ésta es mi alma, digo,
ofreciendo un veneno.
lunes, 22 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Me encanta como escribís, creo que ya te lo dije en algún momento.
Te leo en otro posteo.
Saludos :)
Publicar un comentario