Si vuelve el instante del amor con la conciencia del instante,
si el odio sólo es forma cuando se acumula,
si el poema es poema yo prometo:
A ustedes, hijos de puta, el nombre del crimen
que delatan sus cara: exiliar al amor,
hacerlo sobrevivir, roto, en portales y esquinas,
aterido de frío, a salvo sin embargo
en baches cuevas cabello y agua.
No callar me llena de sangre:
recuerdo la nada o unos setos amarillos
desde la ventana de un automóvil
y ya no es allí donde querría quedarme;
no, no cuando de luz ya salvé un instante:
fuerza inmóvil, talismán
en la acumulación de las sombras.
Junto a mi desnudez empuño
armas que ignoro, a pesar
de que mi enemigo tenga nombre
y me guíen manos ciegas ajenas
al lugar donde estoy
(Desde el miedo me dirijo
a la boca que forma mi hogar):
Mundo, terreno de los hombres,
ya no te habito en refugios
atravieso tus trampas
proclamando mi confusión
para no confundirme entre tanta gente
y teniendo como bandera
la porción de vida que de unos pocos
no debiste llevarte.
Sea.
lunes, 22 de diciembre de 2008
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